Family Men Testimony Sunday
In our journey of faith, we're called to be more than just believers - we're called to be saints. This past Sunday our men provided us with a powerful message by reminding us that our identity isn't found in our professions or accomplishments, but in Christ.
They highlighted the fact that as God’s children we’re co-heirs with Christ, transformed by His grace that the Bible serves as our manual for life by guiding us through every situation.
En nuestro camino de fe, estamos llamados a ser más que simples creyentes: estamos llamados a ser santos. El pasado domingo, nuestros hombres nos ofrecieron un mensaje poderoso al recordarnos que nuestra identidad no se encuentra en nuestras profesiones ni en nuestros logros, sino en Cristo.
Ellos destacaron el hecho de que, como hijos de Dios, somos coherederos con Cristo, transformados por Su gracia, y que la Biblia sirve como nuestro manual de vida al guiarnos en cada situación.
We we're encouraged to face our trials by stand firm on the Rock that doesn't change. Because these challenges are just opportunities for God to mold us into His image. As we strive for holiness, let us remember that our strength comes from the Lord.
As Hebrews 12 reminds us God's discipline, though sometimes painful and uncomfortable, will in the end produce the peaceful fruit of righteousness. So, let us strengthen our weak hands and feeble knees, making straight paths for our feet. In our pursuit of peace and holiness, we'll see the Lord and experience the fullness of His presence in our lives.
En nuestro camino de fe, estamos llamados a ser más que simples creyentes, estamos llamados a ser santos. Este pasado domingo, los hombres de nuestra iglesia nos ofrecieron un mensaje poderoso al recordarnos que nuestra identidad no se encuentra en nuestras profesiones ni logros, sino en Cristo.
Destacaron el hecho de que, como hijos de Dios, somos coherederos con Cristo, transformados por Su gracia, y que la Biblia sirve como nuestro manual de vida, guiándonos en cada situación.
Fuimos animados a enfrentar nuestras pruebas manteniéndonos firmes sobre la Roca que no cambia. Ya que estos desafíos son solo oportunidades para que Dios nos moldee a Su imagen. Al esforzarnos por la santidad, recordemos que nuestra fuerza viene del Señor.
Como nos recuerda Hebreos 12, la disciplina de Dios, aunque a veces dolorosa e incómoda, al final producirá el pacífico fruto de la justicia. Así que, fortalezcamos nuestras manos débiles y nuestras rodillas vacilantes, enderezando nuestras veredas. En nuestra búsqueda de paz y santidad, veremos al Señor y experimentaremos la plenitud de Su presencia en nuestras vidas.